La vía más excepcional: cómo funciona la adquisición de la nacionalidad española por carta de naturaleza
Mientras miles de extranjeros en España solicitan la ciudadanía por residencia, descendencia u opción, existe una vía menos habitual, pero legalmente prevista: la adquisición de la nacionalidad española por carta de naturaleza. Esta forma de nacionalización tiene un carácter excepcional, discrecional y graciable, y depende exclusivamente de la voluntad del Gobierno.
En 2024, el Consejo de Ministros concedió esta forma de nacionalidad a 527 personas, según datos del Ministerio de Justicia. Aunque el número puede parecer reducido, los perfiles que la reciben suelen tener un alto componente humanitario, cultural, científico o deportivo.
¿Qué es la nacionalidad por carta de naturaleza?
La nacionalidad por naturalización —también llamada nacionalidad por carta de naturaleza— es una forma jurídica mediante la cual el Estado español concede la ciudadanía a un extranjero sin necesidad de cumplir con los requisitos ordinarios de residencia, idioma o integración. Su base legal está recogida en el artículo 21 del Código Civil.
Este mecanismo no tiene criterios fijos ni plazos, y se aplica a casos considerados de interés nacional o que requieren una respuesta humanitaria urgente.
Casos recientes: entre la ciencia, el arte y la protección
Entre los casos más conocidos de los últimos años figuran atletas de élite, científicos de prestigio, artistas internacionales y personas refugiadas en situaciones extremas. Uno de los casos más recientes es el de Mariam Diallo, activista saharaui que fue nacionalizada en 2024 por motivos humanitarios tras haber sido perseguida en su país de origen.
También fue destacada la concesión a un neurocirujano argentino que lleva una década trabajando en hospitales públicos españoles, y cuya labor fue reconocida como “de interés nacional” por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
¿Cómo se solicita la carta de naturaleza?
A diferencia de otras vías, la solicitud no se tramita ante el Registro Civil, sino directamente al Ministerio de Justicia, que estudia el caso y, si procede, lo eleva al Consejo de Ministros. La decisión es discrecional, y no se puede exigir ni apelar como un derecho. El proceso suele ser largo, sin plazos establecidos ni garantía de respuesta.
Entre los documentos requeridos se encuentran pasaporte, acreditación de identidad, exposición de motivos y documentos que respalden la excepcionalidad del caso: premios, informes institucionales, trayectoria profesional o personal, etc.
Una vía polémica por su falta de transparencia
Organizaciones de juristas y expertos en extranjería critican que el proceso carece de transparencia y criterios objetivos. “No existe un protocolo claro para saber quién puede acceder a la nacionalidad por carta de naturaleza, lo que deja la puerta abierta a arbitrariedades políticas”, señala Rubén Olivares, abogado especializado en Derecho Migratorio.
Además, algunos casos polémicos han generado controversia, como concesiones aceleradas a deportistas de élite justo antes de competiciones internacionales, lo que para algunos expertos desvirtúa el carácter excepcional del procedimiento.
Un derecho simbólico con implicaciones profundas
A pesar de su carácter limitado, la naturalización por carta de naturaleza sigue siendo una herramienta importante del Estado para reconocer méritos excepcionales o atender situaciones límite. Detrás de cada expediente aprobado, hay historias de lucha, aportes valiosos a la sociedad y, en muchos casos, vidas salvadas del exilio o la persecución.
La nacionalidad española por naturalización es la vía menos común, pero quizá la más simbólica. Un gesto de reconocimiento y acogida que refleja, en cada caso, el poder del Estado para abrir sus puertas a quien lo merece… aunque no siempre sea fácil saber quién decide qué es «merecerlo».