En los últimos años, España se ha convertido en uno de los países europeos con más solicitudes de protección internacional, superando incluso a Alemania o Francia en volumen proporcional. Sin embargo, el sistema de asilo y refugio en España se encuentra al borde del colapso, según denuncian ONG y organismos internacionales.
En 2024, más de 200.000 personas extranjeras solicitaron asilo o protección subsidiaria en el país. De ellas, solo un pequeño porcentaje ha obtenido una resolución favorable, mientras que miles siguen esperando en situación de vulnerabilidad.
¿Qué es el derecho de asilo y refugio?
El derecho de asilo es una garantía recogida tanto en la Constitución Española como en tratados internacionales, que protege a personas que huyen de sus países por persecución política, religiosa, de género, orientación sexual o por pertenecer a un grupo social determinado.
La protección internacional en España se puede conceder bajo dos figuras: el asilo político (refugio) y la protección subsidiaria, que se aplica a quienes no cumplen estrictamente con los criterios de refugiado, pero aún enfrentan riesgos graves como guerra o violencia generalizada.
Aumento de solicitudes y falta de medios
En los últimos tres años, el número de solicitudes ha crecido de forma sostenida. La situación política y social en países como Venezuela, Colombia, Mali, Afganistán o Ucrania ha llevado a miles de personas a buscar refugio en España.
“El problema no es que lleguen más personas, sino que el sistema no tiene recursos humanos ni técnicos suficientes para gestionar este volumen”, explica Ana Martínez, coordinadora jurídica de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Tiempos de espera que superan los dos años
Según datos recientes del Ministerio del Interior, la media de espera para una resolución de asilo en España supera actualmente los 22 meses, aunque en muchos casos se prolonga aún más. Durante ese tiempo, los solicitantes viven en un limbo legal: no pueden trabajar hasta pasados seis meses y enfrentan barreras para acceder a vivienda, sanidad o educación.
José*, un joven hondureño de 26 años, lleva un año y medio esperando respuesta. “Vine huyendo de amenazas de pandillas. En España estoy seguro, pero no tengo papeles, ni derecho a trabajar, ni estabilidad”, relata.
Reconocimientos bajos, rechazos altos
Otro aspecto preocupante es la baja tasa de reconocimiento del asilo en España. En 2024, solo el 12% de las solicitudes fueron aceptadas favorablemente, una cifra muy inferior a la media europea. Las organizaciones denuncian que el criterio restrictivo del Ministerio del Interior deja desprotegidas a muchas personas que claramente cumplen con los requisitos.
“España reconoce menos asilos que la mayoría de países de la UE. No se está garantizando el derecho, sino gestionando desde la sospecha y el rechazo”, afirma Esteban Belmonte, portavoz de Amnistía Internacional en España.
Las oficinas de extranjería, colapsadas
Las oficinas de asilo y extranjería en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla viven un colapso diario. Cientos de personas hacen cola desde la madrugada para conseguir una cita, que a veces tarda meses en llegar. La plataforma electrónica también presenta fallos frecuentes, lo que genera más frustración.
“Solo para formalizar la solicitud de asilo tardé tres meses”, cuenta Amina, refugiada siria en Madrid. “Y ahora me dicen que puedo esperar más de un año por la entrevista”.
Llamados a una reforma urgente
Organizaciones sociales, juristas y organismos internacionales han pedido al Gobierno una reforma estructural del sistema de asilo en España, que contemple más recursos, personal especializado, criterios más humanitarios y un acompañamiento real durante el proceso.
También alertan del aumento de discursos xenófobos y del uso político del fenómeno migratorio. “El asilo no es una amenaza, es un derecho. Y España debe cumplir con su compromiso internacional de proteger a quienes huyen por su vida”, recuerdan desde CEAR.